Mientras el mundo pone los ojos en la COP27 en Sharm El Sheikh, en Egipto y paralelamente el G20 se reúne en Bali, Indonesia; la crisis sobre el cambio climático que sufre nuestro planeta se ubica en la agenda pública como pocas veces. Organizaciones de la sociedad civil están atentas a lo que ocurre buscando una propuesta justa de reparación de los países más industrializados y que puedan llevar adelante los que están en vías de desarrollo.
“En la Argentina y en el mundo se habla de la crisis climática pero entendemos que no siempre se aborda el tema con la complejidad que tiene. Aparece segmentado, en diferentes secciones como internacionales, información general o sociedad sin embargo, esas noticias tienen relación directa con la política, economía, equidad y los derechos humanos”, dijo Laura Rocha, una de las autoras de “(Re) calientes” (Ed. Siglo XXI Editores).
“Con el libro quisimos llegar a la opinión pública para que pueda comprender acabadamente que la crisis climática nos afecta a todos y todas las decisiones políticas y económicas deberían estar focalizadas en solucionar esos problemas que tenemos y que, muchas veces, creemos que son más urgentes pero se solucionarían si resolviéramos la crisis climática antes”, sostuvo la periodista y autora del libro junto a Marina Aizen y Pilar Assefh.
- Entre ustedes fundaron Periodistas por el Planeta (PxP), una asociación civil dedicada a impulsar una nueva narrativa sobre la crisis socio ambiental, ¿cómo trabajan?
- Nació en 2018 con la idea de aportar recursos a los periodistas de habla hispana sobre la crisis climática. En aquel momento trabajábamos en grandes medios y luego decidimos renunciar para dedicarnos 100% a generar nuevos recursos económicos para brindar cursos, capacitaciones, workshop y generar un proyecto que se llama Comunidad Planeta donde trabajamos con periodistas de América Latina desde la región para contar la crisis climática con las claves de la interseccionalidad del problema y desde diferentes lugares los problemas se repiten y, en muchos casos, hay soluciones. También tratamos de conectar a periodistas que se dedicaban a esta temática.
- ¿Por qué la desinformación – fakes news- van en contra de la emergencia climática?
- La desinformación es un problema cotidiano que va en contra -por lo menos- de los órdenes democráticos. La desinformación no se inventó en este siglo pero las herramientas de redistribución hacen que sea difícil de detectarlas incluso para los periodistas porque muchas veces las fake news están compuestas por medias verdades. En particular con el tema de la crisis climática, el objetivo es dilatar las acciones que se necesitan para poder frenar el aumento de la temperatura global en un grado y medio. Las Naciones Unidas buscó con el aporte de científicos de todo el mundo, frenar la desinformación a su vez que ellos aportan evidencia sobre la crisis climática. Con eso se intenta dar cuenta de que, señores, esto es verdad y ocurre. Buena parte del lobby que intenta que esta información no llegue a la sociedad lo forman las empresas petroleras y de gas para poder seguir ganando dinero.
- En el libro le dan mucha relevancia a la geopolítica del clima, ¿de qué se trata?
- Es relevante porque tiene que ver con la acción de Naciones Unidas para poder solventar los gastos científicos que generan estas cumbres (la COP27) en donde se intenta llegar a compromisos como una manera de potenciar las acciones que pueden darse desde el multilateralismo. En esas cumbres también hay lobby, intereses, presiones porque no son los mismos intereses -ni las responsabilidades- las los de los países desarrollados que los de en vías de desarrollo. Entre estas tensiones existe la negociación multilateral pacífica que trata de poder llegar a acuerdos que generen una acción climática real. La crisis del clima es interseccional y entran ahí las cuestiones de geopolítica que son las mismas que actúan en otros temas como la política internacional como el rol de China y Estados Unidos.
- ¿De dónde debe venir el cambio en un país como el nuestro?
- Siempre se habló de lo individual y es obvio que cada uno debe hacer un cambio en su casa y entorno, pero la salida de esta crisis no es individual, es colectiva y eso tratamos de explicar en el libro. Para poder salir adelante, todos los países tienen que implementar acciones. Necesitamos generar un cambio de paradigma en los modos de producción y consumo, quienes tienen mayor poder adquisitivo tienen que pensar cómo consumir. Es imposible sostener el consumo infinito de recursos finitos. Acabamos de pasar los ocho mil millones de personas en el planeta y los recursos son los mismos. Seas millonario o no, los incendios o inundaciones te van a afectar por igual por eso la salida es colectiva.